Mizuno Wave Daichi
El conjunto de suela y media suela, su flexibilidad y sus generosas protecciones auguran que vamos a correr muy cómodos y sin encontrar limitaciones. Otra novedad incorporada por Mizuno son las nuevas suelas Michelin, suela que pudimos testar en las Mujin pasando las pruebas con buena nota.
Descripción
En 1906 Rihachi Mizuno abrió una tienda de deportes en Osaka, Japón, ofreciendo productos para practicar golf y baseball. Pasados los años las riendas del negocio fueron tomadas por su hijo, el cual amplió el abanico de deportes a equipar y expandió la empresa alrededor del mundo.
La clave del éxito de esta marca centenaria reside en la calidad de sus productos, así como la voluntad de innovar mejorando su oferta, algo que queda claro al descubrir su línea de zapatillas de trail running para este 2016 con la aparición de un nuevo modelo, las Mizuno Wave Daichi. Las Daichi son uno de los cuatro modelos que la casa japonesa destina al trail, y son las sucesoras de las Kazan, que han desaparecido de su catálogo.
Otra novedad incorporada por Mizuno son las nuevas suelas Michelin, suela que pudimos testar en las Mujin pasando las pruebas con buena nota.
En la web de Mizuno vemos que podemos elegir entre tres colores de zapatillas. A nosotros, el rojo llamativo de las Mizuno Wave Daichi que vamos a testar nos gusta y capta enseguida nuestra atención. El amarillo chillón que embellece las zapatillas, el gran logo en ambos laterales del upper y el talón en negro justifica el trabajo de los diseñadores de la marca, que han conseguido un buen resultado con este acertado diseño.
El conjunto de suela y media suela, su flexibilidad y sus generosas protecciones auguran que vamos a correr muy cómodos y sin encontrar limitaciones. En la web de la marca nos cuentan que “las Daichi son ideales para corredores que busquen una zapatilla dinámica, apta para entrenamientos regulares en multitud de terrenos…” Pondremos a prueba las zapatillas para ver si tal afirmación es cierta corriendo por nuestros conocidos senderos de Collserola y Montserrat, ¡veremos de lo que somos capaces!