Adidas Supernova Trail

Con las Adidas Supernova Trail la marca alemana vuelve a introducir el Boost de forma mayoritaria en la mediasuela de unas zapatillas y lo ha hecho nada menos que en las Supernova Trail que, tras un paréntesis de unos años con unos diseños un tanto estrambóticos vuelve con apariencia totalmente renovada y casi más bien en el otro extremo, más modositas, aparentemente sencillas y basándose en la exitosa fórmula de sus hermanas de asfalto, las Supernova Glide 9. La gruesa capa de la mediasuela, con una gran cantidad de Boost garantiza una gran amortiguación, blandita y confortable, para recorrer tantos kilómetros como queramos y, para que no se vuelvan excesivamente inestables, una capa de EVA añade algo de firmeza y, además, acuna al pie por los laterales.

Con una buena base y el trabajo del Torsion System, tampoco deberíamos tener miedo a inestabilidades indeseadas aunque se desenvuelven mejor en rodajes a ritmos medios o bajos, no gustando demasiado de ir a saco por terrenos revirados. La suela, con caucho Continental que garantiza una durabilidad y agarres óptimos, sigue el patrón del StretchWeb que en tantos otros modelos de la casa alemana podemos ver. El taqueado es menos agresivo que el de algunas de sus hermanas de la gama Terrex pero gana en versatilidad y polivalencia y, de hecho, casi podría ponerse a pelear con unas zapatillas de asfalto por lo que gustará mucho a quienes quieran algo para ir prácticamente por cualquier tipo de superficie.

Y el upper es quizá lo que más sorprende, no por su contundencia sino por todo lo contrario, por aparentar ser casi el de unas zapatillas de asfalto. Como os podéis imaginar, esto va en beneficio de un mejor ajuste pero cuidado con pensar que son endebles y frágiles porque, si os fijáis bien, no andan cortas de protecciones y muy técnicos han de ser los terrenos y muy duras las condiciones a las que las sometáis para que se os acaben rompiendo. Buena jugada de Adidas que ganaría muchos enteros si consiguieran rebajarle un poco el peso porque son pesadillas, vaya.